jueves, 10 de octubre de 2013

Perdonar




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"-Es esa voz dentro de tu cabeza. Es esa voz asquerosa y mal nacida que no descansa nunca. Chicos vosotros sabéis de lo que estoy hablando: esa voz que te dice que no eres lo suficientemente bueno. ¿Lo bastante bueno para qué? Lo bastante bueno para ¿ser qué, presidente de los Estados Unidos?. Bien, vale, quizá no seas tan bueno para eso. Pero ¿eres ahora lo bastante bueno para merecer tu parte de la felicidad humana básica? ¿Eres lo bastante bueno para estar de acuerdo con quién eres y lo que eres? Yo digo que sí. Pero no importa nada lo que yo diga. Es tu voz, lo que significa que eres tú el único que la oye, lo que a su vez significa que eres el único que puede luchar contra ella. ¿De acuerdo? (El consejero de rehabilitación ve que Jesse está incómodo y se dirige a él). Jesse... nunca hemos oído nada de ti. ¿Que te ocurre? Puedes decirme que soy una mierda, está bien, no me importa. Sólo... venga, déjanos formar parte de ti.
-Entonces... ¿qué te hace experto?
-No creo que yo haya dicho nunca eso.
-Claro, pero eres el único que está sentado aquí hablando, ¿verdad? Diciéndonos esto y lo otro, sé feliz, perdónate a ti mismo, bla, bla, bla, bla. ¿Has herido alguna vez a alguien de verdad? No me refiero sólo a decepcionar a tu madre o lo que sea. ¿Has herido de verdad a alguien alguna vez?
-(El consejero le mira fijamente durante un rato y responde) Maté a mi hija. Era el 18 de Julio, que es mi cumpleaños, 18 de Julio de 1992. Estaba puesto de cocaína y había bebido. La cocaína no era el problema porque me había regalado a mí mismo 2 gramos la noche anterior como regalo de cumpleaños. Me quedaba un montón, pero me quedé sin vodka y estaba en Porsmouth, Virginia, donde en lugar de vender bebidas en los supermercados tienen esas tiendas ABC que cierran a las 5 de la tarde. Entonces eran como las 16:42 de la tarde.
Así que me pongo a discutir con mi mujer "Vamos, ve por mí a la ABC, es mi cumpleaños, ¡Vamos! ¡A mi no me lo van a vender!". Ella me dijo "¡No, no!". Así que me cabreo, y el tiempo va pasando y me subo a mi camioneta. Ella estaba, mi hija de 6 años, estaba jugando al final del camino de la entrada. Entonces...(hace una larga pausa) 
-¿Cómo no te odias a ti mismo?
-Claro que me odié a mi mismo durante mucho tiempo pero eso no hizo que dejara de beber y colocarme. Sólo lo hizo mucho peor. (Inspira dolido) Auto-odio, culpa, no sirven para nada. Sólo se interponen en el camino.
-¿Se interponen en el camino hacia qué?
-Del cambio auténtico."
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El consejero de rehabilitación a Jesse Pinkman, curándose de una adicción a la heroína.
( y  en Breaking Bad (T3, 2011) de Vince Gillian)