miércoles, 22 de octubre de 2014

Libertad




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"E
l nombre aún no se ha borrado, tu cara sí, se mezcla con otras deformándose. No sé si todo es parte de la tortura, ya no distingo. No sé si él te dara esta carta, no sé si es amigo o miente. Hubiera querido abrazarte, me muero y queda poco tiempo. He visto el tren, los he visto dentro muchas veces... y tú sin saberlo.
Otras veces lo sabías y huías a tiempo o lo han inventado para que les diga dónde estás. Tengo que evitar que subas a ese tren porque si lo haces te va a llevar a la muerte.
Otras veces estás ya muerto, como yo. Otras me hablas y sonríes y dices cosas que nunca habías dicho, y que me quieres y que yo hubiera querido quererte, pero no pude.
A veces sueño que seguimos allí, y que el tiempo es nuestro, y que tu boca recorre mi cuerpo desnudo, y entonces mis hijos nos ven abrazados desnudos, pero ya no son mis hijos, son los hijos de ella. No los conozco, no conozco a nadie.
¿Recuerdas? La libertad viaja contigo en ese tren, si te encuentran te matarán, y la ciudad seguirá creciendo sin salidas para nadie. Sólo tu puedes enseñarles a mis hijos a andar ese camino. Hazlo, y así sabré que ma has perdonado.
Max."
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Carta de Max a Rancel, amor roto por una mujer y el franquismo
(Fernando Fernán Gómez a Alfredo Alcón en En la ciudad sin Límites (2002) de Antonio Hernández)

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